DESPACHO

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El despacho de Abigail Fernández García se caracteriza por ser un despacho unipersonal y multidisciplinar, con todas las ventajas que ello supone. Al ser un despacho unipersonal tendrás siempre la seguridad de que la gestión íntegra de tu encargo, desde el momento inicial hasta su finalización, la realizará la misma persona.
Además, no tendrás que lidiar con filtros de Secretarias, ni de otros abogados, siendo siempre atendido/a por la Titular del despacho.

La multidisciplina garantiza que cualquier encargo que se reciba, sea de la índole que sea, podrá ser gestionado desde el despacho gracias a las colaboraciones externas que se mantienen con otros profesionales jurídicos independientes

Abigail Fernández García
Abogada

Licenciada en Derecho por la Universitat Oberta de Catalunya en 2010.

Abigail Fernández García

Licenciada en Derecho por la Universitat Oberta de Catalunya, soy Abogada en ejercicio desde 2010.

Especializada en Derecho de Familia, Medidas Judiciales de Apoyo para personas con discapacidad (antigua incapacitación) y Derecho de Sucesiones, gestiono asimismo temas de Derecho Civil general.

Miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona desde 2010, he cursado el Postgrado de Práctica Jurídica (ICAB), Postgrado Especialización en Conflictos familiares y educativos, Análisis del Conflicto y Métodos de Solución de conflictos (UOC).

Un poco más sobre mi

Mi primer contacto con la Abogacía fue en 2001 cuando empecé a estudiar Derecho.

Mis primeros años de carrera los cursé en la Universitat de Barcelona, donde tuve la gran suerte de contar con excelentes profesores que me aportaron una visión del Derecho que no conocía. Los últimos años los cursé en la Universitat Oberta de Catalunya, donde no sólo tuve tutores increíbles sino que descubrí la visión más práctica de la carrera.

Durante mi formación profesional y hasta que en 2014 decidí abrir mi propio despacho, he tenido el placer de cruzarme con personas muy diferentes que me han enseñado muchas cosas. De hecho, todavía hoy sigo conociendo personas relacionadas con mi profesión que siguen enseñándome mucho.

Lo cierto es que no sólo me han enseñado a preparar demandas o celebrar juicios, no sólo he aprendido la técnica y la organización de mi despacho. Lo más importante que he aprendido de todas estas personas es a amar lo que hago.

Mis conocimientos y mi implicación me permiten abordar con éxito los asuntos que se me plantean, ofreciendo una atención humana y personalizada a mis Clientes. Mientras tanto, sigo intentando responder a la pregunta que me hicieron mi primer día en la Universidad.

Ese día uno de mis profesores preguntó a la clase: “¿Por qué han decido Uds. estudiar Derecho?”. “Para hacer Justicia”, dije yo. “¿Qué es para Ud. la Justicia?” me respondió él.

Cada día al llegar al trabajo me pregunto de nuevo qué es exactamente la Justicia. Pero mientras lo averiguo, pongo mis conocimientos al alcance de los que me rodean, porque si la dedicación de mi tiempo consigue ayudar a alguien, entonces ya habrá valido la pena.

Soy Abogada por vocación, me involucro con el bienestar de las personas. En casa siempre me enseñaron que debía tratar a los demás como me gustaría que me tratasen a mí. Y eso intento cada día. Hacer que mis clientes se sientan cómodos y satisfechos con mi trabajo.

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